En una decisión histórica, el Tribunal Supremo ha establecido que quitarse el preservativo sin el consentimiento de la pareja durante un acto sexual es un delito. Este fallo responde a la creciente preocupación por el ‘stealthing’, término que se refiere a la práctica de retirar el preservativo sin el conocimiento o acuerdo de la otra persona.
La sentencia, que ha sido tomada por unanimidad, considera que esta acción constituye una forma de agresión sexual y, por tanto, es punible por ley. La resolución del alto tribunal es clara: tanto si se retira el preservativo a escondidas como si no se utiliza cuando se ha acordado su uso, se está cometiendo un delito.
Este pronunciamiento surge como respuesta a varios casos que han llegado a los tribunales, donde las víctimas han sufrido embarazos no deseados, enfermedades de transmisión sexual y secuelas psicológicas debido a esta práctica. La decisión del Supremo es un paso adelante en la protección de la libertad sexual y la integridad de las personas.
La pena por este delito aún está en debate, con algunos magistrados sugiriendo que debería ser equiparable a la de una penetración sin consentimiento, lo que podría significar entre cuatro y doce años de prisión. Esta medida refleja la gravedad con la que la justicia está tratando el tema y envía un mensaje contundente sobre la importancia del consentimiento en todas las relaciones sexuales.
El fallo del Tribunal Supremo es un avance significativo en la lucha contra las violaciones de la libertad sexual y establece un precedente legal importante para futuros casos. Con esta decisión, se espera que aumente la conciencia sobre el consentimiento y se disuada a individuos de cometer actos similares.