El pasado 19 de mayo, Rigoberta Menchú Tum, la reconocida líder indígena guatemalteca y Premio Nobel de la Paz 1992, arribó a Paraguay, marcando un evento significativo para el país y la región. La visita fue gestionada por el Instituto de Desarrollo del Pensamiento Patria Soñada (IDPPS) y apoyada por la Fundación Esquipulas de Guatemala, reflejando un compromiso compartido con la promoción de la paz y la justicia social.
Desde su llegada al Aeropuerto Internacional Silvio Pettirossi, Rigoberta Menchú fue recibida con gran honor por autoridades locales, incluyendo a la Ministra del Instituto Paraguayo del Indígena (INDI), Marlene Ocampos, y el Director del IDPPS, Dr. José Altamirano. Durante su estancia, Menchú participó en diversas actividades, destacándose su participación en la XIX Reunión de Autoridades sobre Pueblos Indígenas del MERCOSUR (RAPIM) y una ceremonia en la Universidad María Serrana, donde fue distinguida con el título de Doctorado Honoris Causa.
La visita de Menchú no solo resaltó la importancia de la paz y los derechos indígenas, sino también el empoderamiento de las mujeres. En un encuentro con mujeres líderes de la Fundación Paz Global, discutió temas cruciales como la solidaridad y la cooperación para el cambio social. Asimismo, un almuerzo con mujeres parlamentarias subrayó el rol vital de las mujeres en la política y el desarrollo sostenible.
La presencia de Rigoberta Menchú en Paraguay, facilitada por el IDPPS, es un testimonio del esfuerzo del país por promover la cultura de la paz a través de figuras emblemáticas. Como Menchú señaló en su conferencia sobre «Construyendo la Cultura de la Paz», la paz no es solo la ausencia de guerra, sino la creación de condiciones que permitan la tranquilidad social. Su mensaje resonó con fuerza en Paraguay, destacando la necesidad de un compromiso continuo para superar la pobreza, el racismo y la exclusión.
La visita de Rigoberta Menchú Tum a Paraguay, gestionada por el IDPPS, no solo honró a una destacada activista internacional, sino que también reafirmó el compromiso de Paraguay con la paz y el desarrollo inclusivo. Este evento ha dejado una marca duradera en la comunidad paraguaya, inspirando a seguir trabajando hacia una sociedad más justa y equitativa.